A nadie le gusta ser criticado. Cuando alguien señala que estamos haciendo algo mal, nuestra primera reacción suele ser ponernos a la defensiva. Reaccionamos de esa manera porque (a) nos gusta tener razón, (b) no queremos estar equivocados (lo vemos como un fracaso) y (c) no conocemos los motivos de la otra persona, así que asumimos estamos siendo atacados.
La crítica constructiva pasa por alto estas reacciones centrándose en la posibilidad de mejorar en lugar de tener razón o no. Si el crecimiento personal o profesional es una prioridad para ti, entonces necesitas recibir retroalimentación con una mentalidad de crecimiento.
¿Qué es la crítica constructiva?
La crítica constructiva es una retroalimentación amistosa y útil que brinda sugerencias prácticas y específicas destinadas a ayudar a las personas a mejorar en alguna área. Su objetivo es desencadenar cambios que conduzcan a resultados más positivos.
A diferencia de la crítica destructiva, la crítica constructiva se enfoca en edificar a las personas, no en derribarlas. La crítica destructiva es personal y tiene la intención de dañar la autoestima de alguien. Por lo general, no proporciona orientación para la mejora personal o profesional.
8 Consejos para Manejar la Crítica Constructiva
1. Para tu Reacción Inicial
2. Escucha Activamente
3. Haz Preguntas
4. No lo Tomes Personal
5. Estar Abierto a Otros Puntos de Vista
6. Recíbelas Con una Mentalidad de Crecimiento
7. Se Agradecido
Agradece que la persona que te da la retroalimentación se preocupe lo suficiente como para tomarse el tiempo y hacer el esfuerzo de ayudarte a hacerlo mejor.
8. Deja Que Te Inspiren
Las críticas constructivas pueden ser inspiradoras y abrirte los ojos increíblemente. Te pueden despertar a una nueva realidad y motivarte a alcanzar mayor crecimiento.